Peligros acelerador de particulas
Esta tecnología punta, utilizan un campo electromagnético
que interaccionan con partículas cargadas eléctricamente (iones) provocando un desplazamiento, y el choque de
las partículas entre sí, y vaya si chocan, dichas moléculas pueden alcanzar
velocidades cercanas a la de la luz, en torno a 300.000 Km/s generando a su vez una gran energía.
Gracias a este artilugio podemos reproducir condiciones que
en un futuro próximo nos pueden dar una explicación acerca de teorías como el
Big Bang , que de otra forma sería imposible. También fundamentada en la
expresión de la teoría de la relatividad de Einstein, E = mc² podemos
obtener la formación de nuevas partículas a través de la gran energía que se
libera y las altas velocidades que se obtienen.
¿habría problemas en meter la mano en un acelerador?
Para tener una explicación del resultado de nuestra manita ,
nos debemos de remontar a principios del S. XX, más concretamente a un valioso
experimento para la ciencia que desarrolló neozelandés Ernest Rutherford eso sí, sin olvidar a Geiger, Marsden.
El experimento consistía en bombardear una fina lámina de
oro con partículas alfa (núcleos de gas de He). La gran mayoría de las
partículas podían atravesar la lámina sin desviarse y sin provocar daños la
placa, este expermiento permitió observar que los átomos tenían grandes huecos
vacios, demostrando la diferenciación espacial entre los electrones y el núcleo
atómico.
En el experimento propuesto donde nuestra mano actuaría como
la lámina de oro, el daño que sufriría la mano estaría condicionado
principalmente por la cantidad de partículas que impacten y un alto índice de ellos que lograse atravesar.
Una parte de los protones recibidos no impactán, desviarán su trayectoria
evitando los átomos de nuestra mano, pero otra gran parte de los más de 320
trillones de partículas que hay en circulación atravesaría nuestra mano
percutiéndola y produciendo daños.
Pero claro, os preguntareis si realmente se puede
comparar una laminitas de oro, con varios kilómetros de partículas con velocidades
cercanas a la de la luz.
Pues es vuestro día
de suerte porque algo parecido sucedió en la realidad. Sucedió en 1978 con el
científico ruso Anatoli Bugorski, en trabajos en el mayor acelerador de la
época, el sincrotrón U-70, cuando realizaba tareas de reparación un fallo hizo que
atravesase su cabeza un caudal de protones. Sufriendo daños a nivel cerebral y
óseo, paralizando posteriormente el lado izquierdo de su cara, y perdiendo la
audición en un oído. A pesar de todo consiguió sobrevivir al accidente y
finalizar sus estudios de doctorado.
Por tanto, si quieren seguir conservando su mano yo les
recomendaría que antes de meterla en una acelerador de partículas, la metiesen
mejor en su bolsillo, quizás no sea una aventura tan trepidante pero con el
tiempo lo agradecerán.
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